Título: La maldición del Queen Mary
País: Reino Unido
Año: 2023
Director: Gary Shore
Duración: 124 min.
Género: Terror
La maldición del Queen Mary parte de una premisa con muchísimo potencial: un transatlántico cargado de historia, secretos y muerte, perfecto para una experiencia de terror atmosférico. Y en efecto, la película consigue, por momentos, transmitir esa sensación de misterio gótico y amenaza latente. Sin embargo, la ejecución no termina de estar a la altura de lo que promete.
Visualmente, la película tiene un arranque fuerte. La ambientación del barco —con sus pasillos estrechos, salas desiertas y ecos de épocas pasadas— está muy bien lograda. El diseño de producción y la fotografía juegan un papel importante en crear una atmósfera densa y opresiva. Hay secuencias que funcionan como viñetas espeluznantes, casi como cortos independientes insertados en el metraje. Pero el problema llega cuando intentas encajar esas piezas en una narrativa coherente.
El guion intenta entrelazar múltiples líneas temporales y capas de terror psicológico, pero se pierde en su propia ambición. Los saltos entre épocas y los personajes paralelos confunden más de lo que intrigan. El resultado es una historia que parece contarse a sí misma en círculos, sin una progresión clara ni un clímax verdaderamente efectivo.
Las actuaciones son competentes, incluso buenas por momentos, pero los personajes no tienen el desarrollo suficiente como para que sus destinos importen del todo. Hay una sensación constante de que la película prioriza el impacto visual o el giro sorpresivo por encima del peso emocional.
Tampoco ayuda que el ritmo se vuelva irregular: tras un primer acto intrigante, la tensión se diluye en repeticiones de apariciones fantasmales y subtramas que no terminan de cuajar. Y aunque el terror no depende únicamente del susto, aquí muchos de ellos se sienten genéricos o predecibles.
En resumen, La maldición del Queen Mary no es una mala película —hay momentos de verdadero talento y una ambientación muy cuidada—, pero se queda a medio camino entre lo que quiere ser (una experiencia terrorífica y sofisticada) y lo que finalmente ofrece: una película de horror visualmente atractiva pero narrativamente desordenada. Una travesía con destino incierto.
Poster: Filmaffinity
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