Sting: La araña asesina (2025)


Título:  Sting: La Araña asesina

País: Australia

Año: 2024

Director: Kiah Roache-Turner

Duración: 92 min.

Género: Terror


Sting: La araña asesina es una grata sorpresa dentro del cine de terror contemporáneo, una película que sabe conjugar el espíritu del cine de monstruos clásico con una estética moderna y un ritmo narrativo bien dosificado. Dirigida con eficacia, esta cinta logra lo que muchas intentan sin éxito: construir tensión genuina y mantener al espectador en un estado de alerta constante, sin caer en excesos gratuitos ni perder el sentido lúdico que caracteriza a las buenas historias de horror.

Uno de sus mayores logros es la ambientación. El edificio donde transcurre la mayor parte de la historia funciona casi como un personaje más, opresivo y claustrofóbico, lo que acentúa la sensación de encierro mientras la criatura acecha. La fotografía juega con las sombras y los espacios cerrados para potenciar el suspenso, y la banda sonora acompaña sin saturar, apoyando las escenas clave con inteligencia.

En cuanto al monstruo —la ya célebre araña asesina—, el diseño es sorprendentemente eficaz. No se trata solo del impacto visual, sino de cómo se dosifica su aparición: se la insinúa más de lo que se la muestra al principio, lo que genera una tensión constante. Cuando finalmente irrumpe con fuerza, la criatura no decepciona: es visceral, amenazante y despierta un terror casi primario, explotando el miedo arácnido con notable astucia.

El elenco, sin ser estelar, cumple con solvencia. Destaca especialmente la joven actriz principal, que transmite con naturalidad tanto la rebeldía adolescente como el creciente terror ante la amenaza que se va gestando a su alrededor. Hay una química interesante entre los personajes, y algunos toques de humor negro que alivian la tensión sin romper la atmósfera.

Sting no pretende reinventar el género, pero lo respeta y lo homenajea con frescura. Es una película autoconsciente, que abraza su premisa fantástica sin caer en lo ridículo, y que recuerda por qué el cine de criaturas sigue teniendo un lugar especial entre los aficionados del terror: cuando se hace bien, como en este caso, es puro entretenimiento con un filo inquietante.


Poster: Filmaffinity

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