Título: 28 Días Después (28 Days Later)
País: Reino Unido
Año: 2002
Director: Danny Boyle
Duración: 113 min.
Género: Terror
El fin del mundo nunca se sintió tan real… ni tan silencioso.
Hay películas de zombis… y después está 28 días después. No exagero cuando digo que esta fue una de las primeras veces que sentí que el apocalipsis podía ser mañana. Y no por una horda de muertos vivientes salidos de una tumba, sino por ese virus tan humano, tan posible, que convierte a las personas en bestias sin alma en cuestión de segundos.
La dirección de Danny Boyle es una locura en el mejor sentido. Esa primera secuencia con Londres completamente vacío es inolvidable, y puede que en mi caso, de las primeras que vi en cine. Hay algo devastadoramente bello en esas calles silenciosas, como si el mundo se hubiera rendido. No hay música épica ni grandes efectos: solo un tipo (brutal Cillian Murphy) caminando entre las ruinas de la civilización, y eso es más aterrador que mil zombis juntos.
Lo que más me gusta de 28 días después es que el horror no viene solo de los infectados, sino de los sobrevivientes. A medida que la película avanza, te das cuenta de que el virus es solo una excusa para mirar lo peor —y lo mejor— del ser humano cuando todo se viene abajo. La tensión no baja nunca, y cada decisión que toman los personajes te hace preguntarte: ¿qué haría yo?
También me encanta que no trata de “explicar” demasiado. No importa tanto el origen del virus, sino cómo lidias con lo que queda después. Hay dolor, rabia, belleza… y sí, mucha sangre, pero bien usada. Nada gratuito.
Si no la has visto, o si hace mucho que no la ves, vuelve a sumergirte en ese mundo. No es solo una peli de infectados. Es un espejo roto de lo que somos cuando nos sacan las reglas. Y te aseguro que algo de ella se te va a quedar pegado.
Poster: Filmaffinity
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